Trastornos de la personalidad
Los Trastornos de Personalidad
Los trastornos de personalidad se distinguen
porque la persona presenta unos
patrones de comportamientos, emociones y pensamientos generalizados
completamente diferentes a las expectativas
de su cultura. Estos trastornos no sólo afectan a la persona
que los padece, sino que interfieren en las relaciones que el sujeto ha de
establecer en su vida social, laboral, privada y, en general, todos los
contextos.
Los trastornos de personalidad suelen surgir
en la adolescencia y continúan en la edad adulta.
A pesar de su variedad, suelen presentar
características comunes, como ser estables y de larga duración, provocar
malestar y/o deterioro en el funcionamiento del individuo, suelen ser
invariable en personas i situaciones distintas y no poder explicarse a partir
de otro trastorno mental o por afecciones fisiológicas. A pesar de que las causas no están del todo
claras, los trastornos de la personalidad pueden estar asociados a factores genéticos y ambientales.
Pueden ser leves, moderados o graves, y es posible que estas personas puedan
tener períodos de remisión en el que funcionan relativamente bien.
Clasificación
de los trastornos de personalidad
Según el DSM-V (manual diagnóstico de los trastornos
mentales), los trastornos de la personalidad se clasifican en tres grupos.
Grupo A
(excéntricos y extraños):
•
Trastorno de la personalidad paranoide: Presentan desconfianza y suspicacia general, rencor, preocupación por
dudas no justificadas, sentimiento de sentirse vigilados, de ser traicionados…
Ejemplo: El personaje de Mel Gibson en la película “Conspiración”.
•
Trastorno esquizoide de la personalidad: Personas “solitarias”, caracterizadas por una tendencia al distanciamiento
y temor a las relaciones sociales y a la intimidad. No son conscientes de la
gravedad de su problema.
Ejemplo: Charly García,
un reconocido músico,
compositor y productor latinoamericano de rock.
•
Trastorno esquizotípico: Aquellos que
presentan distorsiones perceptivas y cognitivas que les genera ideas delirantes
de referencia, pensamiento mágico, supersticiones, con un comportamiento o
apariencia peculiar o excéntrica. También pueden tener dificultades para
establecer relaciones estrechas con los demás.
Ejemplo: Algunos personajes que suelen salir en televisión y aseguran tener
experiencias sobrenaturales
Grupo B (impulsivos, emocionales y erráticos):
• Trastorno antisocial: También
conocido como sociopatía o trastorno disocial, se caracteriza por el desprecio
y violación de los derechos de los demás sin tener sentimiento de culpabilidad.
Ausencia de empatía, sólo buscan su propio beneficio. Irritabilidad y
agresividad.
Ejemplo: Alex, el protagonista de la película “La Naranja Mecánica”.
• Trastorno de la personalidad límite: Inestabilidad
en las relaciones personales y la alternancia extrema de idealización y
devaluación (percepción dicotómica), además de impulsividad y tendencia a comportamientos
desesperados e ideas de abandono recurrentes entre otras características. No
miden el riesgo y pueden caer en el consumo de drogas y en las autolesiones.
Ejemplo: la
cantante recientemente fallecida Amy Winehouse.
• Trastorno histriónico: Su
comportamiento siempre está dirigido a ser el centro de atención. Se sienten
despreciadas cuando no lo consiguen, por ello desarrollan comportamientos
exagerados, desproporcionados o teatrales. Son seductores.
Ejemplo: el
papel que interpreta la actriz Rachel McAdams en la película “Chicas Malas”.
• Trastorno narcisista: Sentimiento
de superioridad, necesidad de admiración y falta de empatía. Son presumidos,
persiguen el éxito y se muestran muy sensibles a las críticas. Creen “ser especiales”,
por lo que exigen y esperan el reconocimiento de su atractivo.
Ejemplo: el protagonista
de la famosa novela y película “El
retrato de Dorian Gray”.
Grupo C (ansiosos,
temerosos e inhibidos):
•
Trastorno de la personalidad por evitación: Caracterizados por
inhibición social e hipersensibilidad a la evaluación negativa, sentimiento de
inferioridad e incompetencia y miedo a las críticas, por eso prefieren estar a
solas. Simultáneamente sufren por propio retraimiento.
Ejemplo: la actriz Kim
Basinger en
la vida real, según su propia confesión.
• Trastorno de la personalidad dependiente:
Necesidad general y excesiva de que se ocupen de uno. Sumisión, apego y temor
de separación. Indecisión en la toma de decisiones cotidianas. Intenso
sentimiento derrotista al valorarse a sí mismo y preocupación por el abandono.
Ejemplo: el Señor Smee, el fiel acompañante
del capitán Garfio en la película “Peter Pan”.
• Trastorno obsesivo-compulsivo:
Preocupación desproporcionada por el orden, el control, la seguridad y la
aprobación. Por ello, son tremendamente perfeccionistas e inflexibles. Los
cambios les producen ansiedad e irritación. Moralmente son muy extremos y
rígidos.
Ejemplo:
la actriz Charlize Theron en la vida real, según su propia
confesión.
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